miércoles, 2 de mayo de 2018

¿Te acuerdas de Nenad Jestrovic?



- Últimamente llegó a ser más atendido por los medios por su relación amorosa con la cantante Mirjana Radmilovic, con la que no hace mucho celebró matrimonio. Pero antes de dejar que "el mundo del corazón serbio" nos nuble la memoria, tendremos que recordar a este gran futbolista cuya carrera se desarrollo en ligas como la belga, la francesa y la turca, entre otras.
No cabe duda de que fue uno de los mejores delanteros serbios de finales del siglo XX y comienzos del nuevo. El problema es que otros delanteros de mayor fama le privaron de sumar más partidos con la selección de Serbia & Montenegro.

Nenad Jestrovic (Ненад Јестровић) fue un sensacional atacante que nació en la localidad belgradense de Obrenovac (Serbia), el 9 de mayo de 1976. Siendo solo un chaval, el serbio tuvo que soportar la dureza de las guerras provocadas por la secesión balcánica.

Al margen de todo conflicto bélico, Nenad siguió jugando al fútbol en una herida Yugoslavia. En pleno desastre ingresó en las filas del Radnički Obrenovac, equipo en el que comenzaría su carrera desde comienzos de los noventa.
Quizás eran mejores tiempos para jugadores como MijatovicKovacevic o Savo Milosevic entre otros, pero les aseguro que Jestrovic no era ningún manta. Era un delantero con buena planta, oportunismo, entrega y gol, mucho gol. Al menos en Bélgica dejó constancia de su olfato de gol, pues era un ariete con muchas características para llegar aún más lejos.

Con el equipo de su Obrenovac natal se dio a conocer. Entre 1992 y 1994 ya destacaba como titular, sobre todo porque en 44 partidos tuvo la osadía de hacer 31 goles. Aquello llamó mucho la atención. Mientras en todas las regiones balcánicas se resolvía todo a bombazos, Jestrovic se ganaba la vida a golazos.

El OFK de Belgrado no quiso esperar más para llevarse al ariete de Obrenovac, que durante tres campañas defendió sus colores cuando se lo permitieron. Y es que al delantero le costaría mucho hacerse con la titularidad. Contó con muy pocas opciones y, aún así, consiguió marcar 18 tantos en 34 partidos.
Su último año en el  OFK fue tan bueno que varios clubes extranjeros se interesarían por él. Cuesta creer que aún no hubiese debutado con la selección serbo-montenegrina, pero lo cierto es que la competencia era tremenda.

Jestrovic se marchó a Francia en 1997 para incorporarse al Bastia. Allí no tuvo mucha suerte y tampoco se puede decir mucho de su paso por el Metz, donde al menos pudo superar los números del ejercicio anterior.

Dejó la Ligue 1 para probar suerte en Bélgica con el Mouscron. Jestrovic recuperó su puntería marcando 20 goles en 25 encuentros de la división de oro belga. Sus años de gloria en el extranjero no terminarían tan fácilmente, ya que su siguiente destino sería uno de los clubes más poderosos de la Jupiler League, el Anderlecht.
En el Anderlecht estuvo por cuatro temporadas. Volvió a lucir gracias a su efectividad realizadora, ya que anotó 55 dianas en 80 partidos. Dio por concluida su etapa en Bélgica para probar suerte en los Emiratos Árabes Unidos, donde jugó para el Al Ain y Al Nasr.

En 2007 retornó a Belgrado y jugó para el Estrella Roja. Hizo trece goles en la liga serbia y volvió a marcharse del país para jugar en el Kocaelispor. Volvió al fútbol francés para jugar nuevamente en el Metz, donde colgó las botas al término de la temporada 2008\09.

Nenad Jestrovic persigue al inglés John Terry en una de sus apariciones con Serbia & Montenegro.

- Lo dicho, es extraño que un jugador con tanto gol haya jugado tan pocas veces para su selección. Doce partidos resumen el plano internacional de Jestrovic. Fueron doce oportunidades que aprovechó para hacer cinco goles. Hasta con la selección de Serbia & Montenegro fue bastante eficaz de cara a la portería.

Tuvo la mala suerte de jugar para una selección a punto de vivir su última desintegración y que no fue capaz de clasificarse para disputar la Eurocopa de Portugal 2004. Es por ello que Jestrovic nunca participó en torneos importantes, aunque es justo decir que mereció mucho más.

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