lunes, 7 de mayo de 2018

¿Te acuerdas de Brian Quinn?



- Irlandés de nacimiento, poco le faltó dedicarse al fútbol gaélico y prescindir de este deporte que tanto le dio a lo largo de su vida. Y es que además de haber jugado al fútbol y su modalidad de sala, Quinn finalizó su carrera para ejercer como entrenador.
Él fue el autor del prólogo del libro "A History of the World Cup" (Una historia sobre la Copa del Mundo), obra de Celemente A.Lisi. Es un gran conocedor del fútbol, un sabio de los banquillos cuya experiencia como futbolista no le hizo justicia al no acudir al Mundial de los Estados Unidos en 1994.

Nacido en Belfast (Irlanda del Norte) el 24 de mayo de 1960, Brian Quinn desempeñó su carrera como futbolista en Inglaterra, Canadá y los Estados Unidos. Como no, empezó a jugar en su país natal, pero la falta de oportunidades en Inglaterra le llevaría a competir en lo que sería su "segunda tierra".

Ha jugado para equipos como el Everton, Larne, Los Ángeles Aztecs y San Diego Sockers. En éste último fue todo un ídolo y allí acabó iniciándose como entrenador. Quizás le faltaron más oportunidades para triunfar en las grandes ligas europeas.
Brian jugaba como centrocampista, rindiendo a la perfección tanto en la contención como en la creación de juego. Sin ser demasiado técnico, sabía mover el balón, retenerlo, buscar los mejores pases y dirigir a sus compañeros. De gol no andaba muy curtido, pero con las tareas de medio campo cumplía perfectamente.

Descartada la decisión de dedicarse al fútbol gaélico, su otra pasión, Quinn empezó a tomarse en serio el fútbol jugando desde los catorce años en las categorías modestas de Irlanda del Norte. Estuvo jugando para el Corpus Christi Youth Club y para St. Oliver Plunkett F.C.

En 1978 consiguió debutar como profesional tras su fichaje por el Larne F.C. Tuvo una buenísima campaña que le llevaría a probar suerte en otra liga más experimentada, y es por ello que al finalizar la temporada se trasladó a Inglaterra.
El medio norirlandés firmó por el Everton. Lejos de tener opciones con el primer equipo, Brian se tiró dos temporadas en el seno de Goodison Park jugando para el equipo filial. No tener opciones con el equipo de mayores le llevaría a viajar a los Estados Unidos, país en el que acabaría obteniendo la nacionalidad.

Quinn jugó para Los Ángeles Aztecs, donde estuvo una temporada a comienzos de los ochenta, participando en veintiún partidos en los que marcó dos goles. En 1982 se trasladó a Canadá para incorporarse al Montreal Manic.

A partir de 1983 empieza a experimentar en el mundillo del fútbol sala, modalidad en la que acababan muchos futbolistas de aquella época mientras no aparecía un equipo de fútbol-once que mereciese la pena o, simplemente, para mantener la forma aguardando citas internacionales con la selección nacional.
Quinn se hallaba sin equipo y jugó para los San Diego Sockers, en el que compitió en las dos modalidades. Hasta 1991 permaneció en la dinastía de San Diego sumando varios títulos y participando en un buen número de partidos.

Además de haber jugado para los Hamilton Steelers, Brian consiguió labrarse una gran fama con los Sockers, lo que le ayudó para empezar a tener apariciones con la selección nacional de USA. Entre 1991 y 1994 dedicó todo su tiempo al equipo nacional, aunque no contó con la suerte de participar en el Mundial. Entre medias jugaría nuevamente para San Diego Sockers, equipo para el que seguiría trabajando como entrenador.

Mientras Quinn se hallaba en San Diego Sockers, empezó a jugar para la selección estadounidense. 

- Como ya he dicho, a Brian Quinn le faltó la suerte de participar en la Copa del Mundo de los Estados Unidos. Y eso que fue un jugador clave en los partidos previos a la cita internacional, llegando a jugar un total de 48 partidos en los que anotó un tanto.

Habiendo obtenido la nacionalidad estadounidense a comienzos de la década de los noventa, Quinn dedicó mucho tiempo a prepararse para el Mundial. Curioso es que su estreno internacional fue en un partido ante su propio país, Irlanda del Norte. Fue en un amistoso jugado en el Foxboro Stadium, el 1 de junio de 1991. El choque amigable finalizó con empate a uno.

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